Día 78 #quedateencasa por decreto

Domingo 31 de mayo de 2020.

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” Jim  Ryun.

“Cuando todo parezca ir en contra tuyo, recuerda que el avión despega con el viento en contra, no a favor” Henry Ford.

El secreto para cambiar es concentrar toda tu energía no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo. Sócrates.

Ya se acaba el mes de mayo y aquí seguimos, en un medio aislamiento o en un medio caos dentro del orden natural que como decíamos ayer, se traduce en que la ente hacerlo que le sale con sus costumbres de siempre, el respeto de siempre y a falta de conocimiento de siempre, vamos, lo normal de toda la vida.

¿Que llevamos mascarilla? pues una anécdota para el futuro. ¿Que no nos dejan juntarnos? Pues no se porque no, así que me junto y punto.  Lo único que no es normal es lo que sufren los pequeños empresarios y la poca sensibilidad real de los gobernantes, mas allá de sus vacuas palabras y promesas de aire fresco, que no es mas que puro aire.

Pues para empezar el domingo nada como una caminata de madrugada, que por ahora sigue siendo el mejor momento del día. No es que salir de la cama a esas horas de un gusto que te mueres, que no, pero una vez puesto en marcha, es decir a cientos de metros de casa ya por la calle, la cosa empieza a funcionar.

Salir de la cama es chungo, porque apagar el despertador y remolonear, ¿a quien no le mola?, pues nada para arriba.

El segundo momento del día, el móvil, conectarlo y ver si alguien se ha acordado de nosotros, actualizar la información aplicación de la báscula, y ver en el exterior cual es la mejor foto para el estado de Whatsapp y dar los buenos días a quien por ahí quiera pasar.

El tercer momento y mas emocionante, el desayuno. Rutinario y siempre igual, pero que queréis, cada día es como un nuevo y maravilloso desayuno a descubrir. Mis tostadas con tomate y pavo y café con leche y miel.

Y sí, cada desayuno es diferente, y cada día me sabe muy,pero que muy bien y los días que el pan es diferente también aumenta el placer.

Así que llegados al cuarto momento pasamos a recoger y fregar, que no es de recibo que quien se levanta después tenga que amontonar mas cosas con tus aperos de desayunar. Lego, ya nos precipitamos entre vestirse asearse y acicalarse para salir a la calle, no sin antes darle vueltas a la cabeza para decidir hacia donde dirigir los pasos.

Hay cuatro direcciones principales y alguna secundaria. Luego las variantes multiplican las posibilidades, pero por desgracia en el tiempo esas posibilidades se hilan entre sí y al final el tejido de caminos se completa y tomes la variante que tomes acabas repitiendo, con lo que hay que pasar a la alternancia de direcciones para variar el paso en el tiempo por las distintas zonas.

Esta cuestión de variación temporal no es baladí porque durante las caminatas voy haciendo fotos, y una misma vista, una misma composición no es la misma en función de la hora a la que se toma porque la luz es completamente diferente, y si algo he aprendido estos meses es que la fotografía es simplemente el arte de atrapar la luz, y si la luz es distinta, la fotografía es distinta. Donde mejor lo ha visto ha sido en la etapa dura del confinamiento donde sólo había dos zonas para fotografiar y cada día hacia fotos que a mi me parecían diferentes.

No obstante, estas variaciones también llegan a agotarse, así que he empezado a alargar las caminatas hacia el centro de la ciudad, ya que según la norma, si estoy practicando actividad deportiva, dentro de mi franja, puedo ir hasta donde me lleven los pies. (por cierto el pie va mucho mejor, gracias). Así que a casi 6 kilómetros por hora no se pude decir que voy de paseo y estoy descubriendo el centro a la luz del amanecer.





Por lo demás hoy hemos tenido visita, y como es preceptivo cuando viene los hijos, tocaba cebarlos.

Con un buen aperitivo, albóndigas de la madre (buenísimas) y una tarta de manzana que me empeñe en hacer ayer, van apañados.



La tarta tuvo su momento de pánico cuando coincidiendo con meter el molde a horno la masa o mejunje empezó a salir por debajo. Es lo que tienen los moldes desmoldables, que hay hueco, y si hay hueco, yo ya si eso. . . . Al cabo de unos minutos cuajó y el desastre solo fue parcial, aunque me tocó limpiar mas, claro.

y por ahora mas nada, que mañana será otro día.









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