Día 68 #quedateencasa por decreto

Jueves 21 de mayo de 2020.

Nadie recordaría al buen samaritano, si además de buenas intenciones no hubiera tenido dinero. Margaret Thatcher.

Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si queréis probar el carácter de un hombre, dadle poder. Abraham Lincoln.

La mayoría de personas gastan mas tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos. Henry Ford.

A ver, que voy con retraso, pues si, mucho. Y esto no puede ser, porque el jueves se me antoja ya lejano lejano que te pasas, pero es fácilmente reconocible por su cualidad principal, ser el día del estreno de la obligación de llevar mascarilla.

Y bueno, como bien podría preverse, la diferencia con el miércoles es nula o ninguna.

Obviamente si a la gente le das la opción de interpretar una norma hará lo que le venga en gana. Lo malo de esto es que quien interpreta normalmente lo hace en su propio beneficio o comodidad.

Es cierto que la mayoría de la gente leva mascarilla, y que en condiciones normales, en las que marca la norma, no llevarla no supondría ningún problema, pero ahí está la cuestión, que no la llevan los que corren o va en bici y que son los que mas y mas lejos expulsan las famosas gotitas supuestamente cargadas de virus, y los paseantes que van sin ellas, que deben pensar que pueden andar separándose, han comprado los metros para medir en Liliput, porque sus dos metros suelen ser el metro como mucho del resto del personal.

En el fondo no es mas que una cuestión de respeto, responsabilidad y convivencia, y si no llevas mascarilla, apártate todo lo que puedas cuando estés al lado de los demás.

A ver si llega el sábado y puedo pasear a primera hora, cuando no han abierto todavía la puerta de toriles.

Aquí os dejo al Alex.



Es solo un pequeño inciso, pero hay que recuperarse de este confinamiento con buen humor.

Y mañana fue, ha sido y será otro día.



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