Día 65 #quedateencasa por decreto.

Lunes 18 de mayo de 2020.

Si buscas la perfección nunca estarás contento (Anna Karenina, Leo Tolstoy).

Crees que sabes todas tus posibilidades. Entonces, otras personas llegan a tu vida y de repente hay muchas más (El reino de la posibilidad, David Levithan).

La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida como la conoces termina (El año del pensamiento mágico, Joan Didion)

El lunes suele ser un nefasto día para la mayoría de la gente, y es de entender. Vuelves a madrugar, vuelves al trabajo, la rutina odiosa o simplemente la rutina de hacer algo que tienes que hacer, no algo que quieres hacer, y con la perspectiva de cinco días hasta el ansiado fin de semana que se ve exageradamente lejos.

No es algo que en los últimos años me afectara mucho. Hacia mucho tiempo que no me levantaba pensando que el lunes es un día odioso,y mira tu por donde hoy si, hoy el lunes es un lunes. Es algo poco fundamentado, basado en criterios objetivos y subjetivos, pero que en el fondo da igual, si no te gusta estar donde estas o no estas a gusto, pues no hay mas que hablar. Ni la lógica hará que estés mejor.

Las personas que te rodean si que pueden tener un efecto balsámico, pero si quien quieres que esté no está, y quien está es parte del problema, pues a la mierda el p*** lunes.

A parte de lo divino y humano el pie sigue molestando con lo que me parece que mas que alguna contusión o inflamación puntual, lo que hay es una lesión, posiblemente una tendinitis. Vamos a ver como evoluciona porque el proceso de traumatología es lo mas ortopédico (nunca mejor dicho) de la medicina.

Empiezas buscando médico y cita, porque para urgencias exactamente no estás. Con suerte 15 o 20 días después te ven y te mandan alguna prueba, para la que pides cita, y luego a esperar otra cita para que te lean los resultados y te manden tratamiento, y entonces resulta que el pie ya se te ha caído a cachos.

Nos conformaremos con paseos vespertinos y la luz del atardecer para pillar alguna foto. Eso si, con cuidado para que no vaya a mas la lesión.

Hoy hace un año andaba por La Gomera. Que tiempos aquellos se podría decir, de estar en un pequeño paraíso disfrutando como pocas veces he disfrutado por el impacto de todo lo que me encontré allí, a ver de lejos el paraíso que está en fase 2 de la cosa Pedreista, atrapado en el lío de la pandemia.

Y es que es increíble si vuelves la mirada atrás y te ves en ese momento, en esos bosques total y absolutamente extasiado y anonadado, como si estuvieras en una especie de mundo de película extraterrestre o en un mundo onírico del que no quieres salir y de repente aterrizas en el presente y ves la que está liada, los muertos y enfermos, la grandeza humana de unos y la miseria absoluta de otros, el sectarismo de quienes defienden a capa y espada a quien nos gobierna sin timón y nos miente y esconde la verdad, y la tontería de otros que no quieren nada mas que su propio bien. Entonces es hora de preguntarse si el mundo de hace un año era real o simplemente era una maravillosa alucinación, un matrix o una sala holográfica estilo Star Trek de realidad idealizada.

Pues fue real, como todo nuestro pasado y como nuestro presente, y ya veremos  como cual de nuestros futuros.

No voy alucinar mas que la vida es lo que es y solo nos queda vivirla, y a pesar de todo, disfrutarla.



Y mañana será otro día.




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