Día 51 #quedateencasa por decreto
Lunes 4 de mayo de 2020.
No hay delito, absolutamente ninguno, que no pueda ser tolerado cuando “nuestro” lado lo comete.
El nacionalista no sólo no desaprueba las atrocidades cometidas por su propio lado, sino que tiene una extraordinaria capacidad para ni siquiera oír hablar de ellas.
Muy en la línea de la frase anterior.
En tiempos de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario.
George Orwell
Este lunes ha sido un día extraño, en parte porque el tiempo ha sido raro, nubes, fresco, calor, cuatro gotas y una pequeña sensación de bochorno, y por otra parte la mañana ha sido tensa en lo laboral, pero fructífera y rara en la tarde por esa sensación de irrealidad que esta situación de aislamiento con salida en desbandada provoca.
Y es que por razones que no vienen al caso y en contra de mi voluntad salí a correr a las 8 de la tarde. La conclusión es que si la carrera fue bien, la situación es un caos y demuestra de verdad lo que somos, una mierda de ciudadanos. No me voy a meter con ningún colectivo en particular, porque fueron muy escasos los que cumplían. Eso sí les llame la atención a unos chavales que estaban parados con sus bicis a los dos lados del camino. Se ve que el cerebro está aún por formar. Será por sitio. Pues luego pasaron al lado mio por detrás y me salió la vena salvaje. El primer me paso al lado justo, el segundo a medio metro, me dí la vuelta y al tercero le dije que le iba a dar una hostia que le reventaba si me pasaba al lado. Se apartó, pero lo que no podía saber el pobre es que se la hubiera dado y le hubiera reventado de verdad.
Lo curioso es que pasamos del miedo atávico y social al viva la virgen en un plis plas, y en el mismo día. ¿Para que se encierra mi vecina si se unta con la de arriba, pasean juntas y luego se sientan en un banco comunitario? pues luego se encierra, farda de cumplidora y aplaude. ¿Hay algo mas incoherente?, pues sí, que haga mascarillas para proteger a los sanitarios a los que va a dar mas trabajo si sigue así.
Cambiando de tema hoy la política va colocando a cada uno en su sitio, demostrando que no vamos a una nueva normalidad, sino que vamos a la normalidad, que es en sí mismo bueno, muy bueno, porque las cosas que cambian por catarsis tienen resultados inciertos y no siempre tan buenos como pronostican los buenistas.
Ahí están los populistas de ambos extremos al acecho y eso si que no es nada bueno. y además, el ser humano es lo que es, y en estos días si quitas los impostados aplausos ¿que te queda?, pues la misma gente de siempre encerrada en casa nada mas. El mismo listo, el mismo tonto, el mismo gilipollas, los mismos manipuladores, los que quieren figurar, los tímidos, los que se dejan arrastrar, los del que dirán... Vamos, lo mismo de siempre.
En fin, por hoy tengo suficiente, y mañana será otro día.
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