Día 37 #quedateencasa por decreto
Lunes 20 de abril de 2020.
No dejes que el ruido de las opiniones ajenas apaguen tu voz interna. Steve Jobs.
La vida es maravillosa si no se le tiene miedo. Charles Chaplin.
Nuestra mayor gloria no está en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos. Confuncio.
Otro lunes más. Puede parecer igual a todos los lunes, pero bien sabemos que no hay dos días iguales, aún en las circunstancias que nos ha tocado vivir. Eso sí hay cosas que en contra de la voluntad van haciendo mella, principalmente relacionadas con la tontuna humana o con la relación con los demás.
La situación en sí la hemos aceptado casi todos, bueno, la gran mayoría. Lo que pasa es a los tontacos que al principio se les soportaba ya va siendo mas difícil. Los trolls gubernamentales también van cansando y los que te rodean, pues depende. La familia pues no, los vecinos pues sí, los compañeros, pues no, el jefe, pues si, y es que el pobre esta muy cansino y muy quisquillas, demasiado, y ahora mismo no es muy agradable trabajar en esas condiciones. No es normal que suba la voz a la mínima ni que tooodo parezca de vital importancia y extrema urgencia.
Pero dejemos ese tema. Sobre vecinos y demás especies lo que si he notado y que es bastante molesto, aunque entiendo que hay que soportarlo, es que el nivel de ruido medio ha ido aumentando. Se oye mas ruido general y de mas fuentes. La palma se la lleva el de enfrente que no puede ver una pelicula si no es en superdolby supersuper surround a toa pastilla, con lo que sin darte cuenta se te van crispando los nervios, mas que nada porque estás viendo una serie con el audio de una película que no sabes ni de que va.
Y claro con el confinamiento ve muchas mas pelis que antes. Le podía haber dado por estudiar que se hace en silencio. Con las visitas de las vecinas a la d enfrente ya ni siento ni padezco. Simplemente han tenido mucha suerte, porque lo normal era ue hubieran pillado el virus todas, porque el entorno es de riesgo y sólo por estadística tenían muchas papeletas.
Después del trabajo últimamente no me da para mucho, porque hasta las cuatro pasadas no estoy para ponerme en el ordenador y ya pillo tarde el curso de fotografía. Tampoco son temas que ahora me interesaran mucho, pero bueno, la semana que viene espero recuperarlo.
Lo mejor del día fue el regalo del atardecer con unos maravillosos rosas iniciales que acabaron en unos preciosos naranjas.
Y mañana será otro día.
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