Dia 3. #quedateencasa por decreto
Mal empezamos si me salto un día, y es lo que pasó con este día tercero.
Un día anodino o no. En realidad ningún día es anodino en sí mismo. Aquí estamos juntitos los tres y todavía no nos tiramos nada a la cabeza. Hubo un pequeño amago el día uno, pero no fue a más. En el trabajo bien porque puedo andar pasillo pasillo escalera pasillo pasillo charla, pasillo pasillo escalera, pasillo, pasillo, despacho.
Lo curios es que re repente el mundo se ha ralentizado, y es que a la falta de actividades se suma que somos menos de los pocos que eramos y la cafetería, que está al lado, está cerrada, con lo que estamos solo cuatro, y cada uno en su mundillo.
Todo es muy raro raro raro. Te cruzas y se nota cierto resquemor, silencio, pasividad, y sin embargo las mañanas no se me hacen largas, y eso que no hay ni cafetito ni cervecita...
Del día 3 lo mas significativo es la compra. Ya tocaba reponer fruta, así que pare en el hipercor a la vuelta del trabajo porque pensé que por la hora y el sitio habría poca gente, y ciertamente había poca gente........ Zombieland....... Estas en la zona de la fruta y todos nos intentábamos esquivar, pero como además había reponedores, pues nos malcruzabamos y no sabes donde meterte... se palpa la tensión, coges las cosas rápido y no lees ni las etiquetas, pillas y bye bye a toda velocidad.
Cuando llegas a la caja pasas, sin ánimo de acercarte claro y la cajera te dice que atrás, a la raya. Coño si en el suelo hay rayas rojas... Para ser justos ese atrás es un atrás extremadamente amable, al igual que con la clienta que esta y cunado me toca a mi. Es una amabilidad admirable y elogiable, es estar expuesta al virus y a las tonterías, malas formas y actos delictivos de algunos clientes. Si actos delictivos como escupir a las cajeras como se ha dado el caso y es que en este mundo hay quien se muere por coronavirus y quien debería morirse por coronavirus.
Bastante deprimente todo, porque además todo lo demás está cerrado con cintas, oscuro, silencioso... y vuelvo para casa y al salir a la vía de servicio matojos de esos que arrastra el viento en medio de la carretera ... se puede pedir algo mas.
Sin mas, un regalito para el alma:
Comentarios