Día 41 #quedateencasa por decreto
Viernes 24 de abril de 2020.
Es el precio que los buenos hombres pagan por la indiferencia hacia los asuntos públicos que son gobernados por hombres malvados.
El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.
Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia.
Platón.
Si bien es necesario, esto del confinamiento ya empieza a apestar, y empieza a apestar por que se está excediendo o rozando el límite entre lo que un gobierno democrático puede hacer con la ciudadanía en nombre de la ley, porque el interés general y el bien común se fijan por ley y se amparan en la constitución, y el cómo este gobierno quiere aplicar esa ley. Que el resultado sea el mismo no es significativo, lo que ahora importa, a parte de la salud, es preservar la democracia y los derechos de la gente.
Llevamos varios días a cuenta de las declaraciones del Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, y no sólo por sus declaraciones, sino también pro las distintas reacciones políticas, periodísticas y de la calle. Un gobierno tiene pocos derechos, yo diría que ninguno, u muchas obligaciones, yo diría que todas. Y su primera obligación es defender los derechos de los ciudadanos, entre ellos el derecho a la vida, que ahora si parece que quieren preservar porque se ve que como no hay que definir que es vida, la cosa es fácil, pero también deben preservar el derecho a la libertad de expresión, a la intimidad, al libre movimiento, a la libertad en una palabra.
Es preocupante y mucho, ver como en el socialcomunismo que nos gobierna hay muchos dejes totalitarios. Lo del Guardia Civil no fue un lapsus, se le escapo una expresión que por repetitiva no se piensa, y dijo lo que dijo, porque es lo que hacen o lo que dicen que hacen. Y es muy fácil caer en el error y olvidarse del objetivo, de la razón d eser que no es otra que servir a los españoles, no al gobierno, y cuando uno confunde gobierno con españoles y piensa que son la misma cosa, pasa lo que pasa, que la lengua dice lo que cree estar haciendo sin pensar si es o no políticamente correcto.
El confinamiento es otro. Se amparan en un estado, el de alarma, con dudoso encaje legal para confinar por la fuerza a la gente. Y sí, digo por la fuerza, porque es lo que están haciendo, ya que las multas, muy elevadas por cierto, se imponen por una causa no relacionada con la falta, y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, actuando de buena fe, se creen que están preservando la libertad y se empeñan a veces con saña, bueno no, creen que preservan la salud para protegernos y por tanto proteger nuestra libertad. y que ganar la libertad hay que cercenar esa libertad, sea la física o sea la de pensamiento.
Y cuando hablan, empezando por Pedro, de desescalada y de nueva normalidad, su tono se empaña de normas y reglas impuestas por la fuerza. Nos quieren decir como tenemos que vivir y van a legislar hasta como tenemos que cagar. Y empeñados como estamos en protegernos del virus no nos damos cuenta de lo que nos van a hacer. Espero no acabemos en un estado policial en el que si vas mirando las nubes y te desvías de la raya pintada en suelo te caen 1000€ de muta. Y lo grave es que nos lo están diciendo en representaciones teatrales donde el protagonista es una plañidera a la que le damos mucha penita y nos quiere proteger y nosotros a por uvas, eso sí, a los muertos que les den.
Y el día, pues de todo hay. Esta semana bien en casa, pero en el curro he acabado hasta los mismísimos cojones, y no por trabajo, así que como lo pasado pasado está, ahí se queda.
Y tras el deporte, que solo sirvió para mantener el cuerpo, pues mis actividades habituales. Eso sí, empece a preparar el pan hasta que caí en la cuenta de que el día siguiente,, siendo sábado, me permitía hacerlo por la mañana.
Y ya me he enrolado de nuevo.
Así que lo dejaremos para mañana, que será otro día.
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