Día 10 #quedateencasa por decreto.

Esto no puede ser, ya van varios días que me salto escribir, que desastre, y no es porque este por ahí de paseo o en el gimnasio, no no, si estoy en casa, pero es que se me acumula la actividad.

Por la mañana, a trabajar, lloviendo...


Pero estos días la lluvia no es algo molesto, es agradable, muy agradable. Es curioso como cambian las percepciones y las sensaciones. En cualquier otro momento resultaría fastidioso, pero ver el agua en el parabrisas, mojarse al bajar del coche, sentir ese frescor por la mañana en los tiempos que pasa de ser molesto a ser al algo muy deseable. 

El lunes por suerte o por desgracia tuve que salir un par de veces y fui andando bajo una fina lluvia. Iba hasta despacio, sin realmente pretenderlo.

Por lo demás me he quedado solo en el pasillo, por prevención, no por nada malo, y he descubierto que en anchura y longitud es muy bueno para andar, y puedo estar pendiente del teléfono sin problema.

Por la tarde pues que se yo, entre el móvil con sus redes sociales, curso de fotografía, tele, pues se me ha fue la tarde y esta entrada se ha quedado para hoy.

El día no ha sido en si mismo ni bueno ni malo, sin embargo nuestro día ha sido muy bueno, simplemente porque estamos aquí, porque estamos juntos, y porque estamos juntos con los que no estamos, y porque estamos juntos con los que ni siquiera conocemos.

Es un buen momento para hablar con la gente, pero no porque pensemos que nos vamos a morir, ni porque pensemos que nos aburrimos o que se yo, creo que es un buen momento para hablar con la gente porque empatizamos con la humanidad, porque podemos ser amables y descubrir a los demás.

No suelo discutir o rebatir en facebook, alguna vez aislada quizás, pero estos días entro mas al trapo, porque estoy indignado, pero procuro ser amable, y si no lo hago, pido perdón. En estos días parece que aunque tengamos diferencias hay que intentar quedar bien. Y no es porque la muerte nos aceche, es algo debemos llevar dentro, y que salvo en el caso de los santos no suele aflorar.

Y mañana será otro día.






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